Cada estudiante que pasa por nuestras clases, deja un recuerdo, una huella que siempre se queda con nosotros y nos convierte en lo que es nuestro colegio. Durante su etapa escolar entregan su trabajo, su esfuerzo, su dedicación, sus sueños e ilusiones. Y así, pasan a formar parte de nosotros, como las líneas que componen la huella dactilar. Les hemos acompañado en el camino hasta su madurez para convertirse en ciudadanos del siglo XXI, comprometidos con su tiempo y con la sociedad.

¿Y nosotros? ¿Nos recordarán?¿Habremos dejado huella en su corazón?