El día 2 de febrero, celebramos el Día de la Vida Consagrada.
En palabras del Papa Francisco ,»la vida consagrada es un regalo de Dios. No hemos merecido la vida religiosa, es un don de amor que hemos recibido. La vida consagrada está llamada a mantener encendida la lámpara del profetismo, convirtiéndose en faro para quien está desorientado en altamar, antorcha para quienes caminan en medio de las tinieblas, centinelas para quienes no ven una salida en la vida«. Por eso, damos gracias a Dios por las Franciscanas Misioneras de la Madre Del Divino Pastor, por su entrega, su fidelidad al Señor y por ser nuestro faro, luz y guía.